Vitamina C (ácido ascórbico): propiedades. ¿Para qué lo necesitamos?
Para funcionar correctamente, el organismo humano necesita grandes dosis de diversas sustancias, principalmente compuestos orgánicos, de los cuales las vitaminas son sin duda los más importantes. Su nombre proviene de la palabra latina » vita», vida, por lo que debemos asegurarnos de que se incluyan en nuestra dieta diaria, y cualquier posible carencia debe complementarse con suplementos dietéticos adecuadamente seleccionados. Hay muchas vitaminas que debemos aportar, pero una de las más importantes, que nuestro cuerpo no puede producir, es la vitamina C, es decir, el ácido l-ascórbico.
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Vitaminas: qué son y cómo se dividen
Como ya he mencionado, las vitaminas son compuestos orgánicos, esenciales para nuestra salud, que condicionan el curso de muchos procesos importantes, especialmente los metabólicos. Suelen ser de origen natural, pero también pueden obtenerse por síntesis de diversos compuestos químicos. El organismo humano no es capaz de producirlos o produce cantidades demasiado pequeñas, por lo que los llamamos exógenos, suministrados por fuentes externas. Los dividimos en dos grupos básicos:
- liposolubles, que incluyen la vitamina A, la vitamina D, la vitamina E y la vitamina K;
- Hidrosolubles, que incluyen la vitamina B, el ácido fólico y la vitamina C.
Vitaminas: efectos de la carencia y el exceso
Si queremos mantenernos sanos, es absolutamente necesario suministrar cada día vitaminas de ambos grupos. Sin embargo, es importante que sean las dosis correctas, ya que tanto una carencia de vitaminas, incluida la vitamina C, como un exceso, pueden tener graves consecuencias.
La carencia de vitaminas, llamada avitaminosis, es una enfermedad, en el curso de la cual el organismo comienza a carecer de una o más vitaminas. Se divide en primaria, cuando nosotros mismos no nos proporcionamos la cantidad adecuada de vitaminas, y secundaria, cuando por diversas razones el organismo no es capaz de absorberlas correctamente. La avitaminosis se manifiesta dependiendo de la vitamina cuya carencia sintamos en ese momento, y los efectos más comunes de la carencia de vitamina C son:
- Dolor intenso en huesos, articulaciones y músculos;
- mal humor psíquico, intensificación de los síntomas de estrés que, en casos extremos, llegan incluso a la depresión;
- una constante sensación de fatiga y debilidad;
- enfermedades de la glándula tiroides, su inactividad;
- inmunidad debilitada;
- condiciones inflamatorias, incluyendo las membranas mucosas;
- enfermedades cardiovasculares, incluida la aterosclerosis;
- escorbuto;
- Deterioro de la cicatrización de las heridas;
- falta de apetito;
- un aumento del nivel de hierro, que puede causar daños en muchos órganos, el hígado, los riñones, el páncreas y el sistema nervioso central.
Lo contrario de la avitaminosis es la hipervitaminosis, una enfermedad que se desarrolla bajo la influencia de un exceso de vitaminas suministradas al organismo. También puede producirse en caso de sobredosis de ácido ascórbico, cuyos efectos negativos incluyen
- un mayor riesgo de cálculos renales;
- trastornos del sistema digestivo, náuseas, vómitos y diarrea;
- orinar con más frecuencia de lo habitual;
- reducción del efecto de algunos medicamentos;
- reacciones cutáneas, alergias en forma de una erupción que se asemeja al acné.
Afortunadamente, los casos de sobredosis de vitamina C son extremadamente raros, lo que se ve facilitado por el hecho de que es hidrosoluble y su nivel de absorción en el cuerpo es tan alto como el 70-80 por ciento.
Vitamina C: quién la descubrió y cuál es la dosis recomendada
La vitamina C fue aislada por primera vez en 1928 por un bioquímico húngaro Albert Szent-Györgyi, curiosamente a partir del fruto de un pimiento, y recibió el Premio Nobel por este logro. Además de en medicina, también se utiliza en cosmética, principalmente en cremas y otros productos para el cuidado de la piel. Nuestro cuerpo tiene una gran demanda de ácido l-ascórbico, que es respectivamente:
- en adultos: 90 mg a 100 mg;
- en niños: una media de 40 – 50 mg.
La demanda de vitamina C aumenta significativamente durante diversas infecciones o en un estado de debilidad, y entonces se puede utilizar incluso una dosis de hasta 1000 mg al día, especialmente para las personas
- las personas mayores;
- mujeres embarazadas o en periodo de lactancia
- bajo un estrés severo;
- Abusadores del alcohol;
- fumadores empedernidos;
- combatir las infecciones causadas por bacterias y virus;
- tras una enfermedad grave que requiera una convalecencia prolongada;
- Tener heridas difíciles de curar;
- expuestos a un esfuerzo físico prolongado.
Vitamina C: las propiedades medicinales más importantes
Tomando las dosis de ácido ascórbico estrictamente recomendadas por los médicos, puede contar con sus efectos excepcionalmente amplios de promoción de la salud. Muchos especialistas, no sin razones específicas, consideran que la vitamina C es una de las más importantes, indicando su amplia influencia en casi todos los aspectos de la salud. Suplementándolo regularmente, en un periodo relativamente corto de tiempo notaremos sus efectos consistentes en, entre otros
Eliminar los radicales libres del cuerpo
Una de las amenazas más graves para el cuerpo humano son los radicales libres, o átomos de oxígeno reactivos (ROS), átomos de oxígeno privados de un electrón y que se lo quitan a otros átomos de oxígeno. De este modo, se forman cada vez más radicales libres, lo que conduce al desarrollo de enfermedades como:
- enfermedades del corazón y de todo el sistema circulatorio, hipertensión, aterosclerosis, aumento del riesgo de infarto;
- de la apoplejía;
- enfermedades neurodegenerativas, Alzheimera y Parkinson;
- un envejecimiento más rápido de la piel, la aparición de acné, eczema o celulitis;
- problemas gastrointestinales;
- insuficiencia renal;
- la diabetes;
- inflamación de las articulaciones.
Como puede ver, realmente hay algo de lo que preocuparse, y la solución aquí es el ácido ascórbico de la vitamina C, que es un antioxidante natural extremadamente potente. Permite deshacerse eficazmente de todos los radicales libres y minimizar el riesgo de las enfermedades mencionadas.
Apoyo al corazón y al sistema circulatorio
Las personas que se quejan de enfermedades del corazón y del sistema circulatorio, que son la causa de otras enfermedades como el sobrepeso y la obesidad, deben prestar especial atención a los niveles altos de vitamina C en la sangre. Su acción positiva en este sentido está confirmada por un número creciente de estudios realizados en universidades de renombre de todo el mundo. Se reduce principalmente a:
- sellar las paredes de los vasos sanguíneos debilitados, gracias a lo cual la vitamina C previene las hemorragias y los hematomas bajo la piel. Una mayor rigidez de las venas significa también un menor riesgo de arañas vasculares y varices;
- reducir la fracción «mala» LDL del colesterol, lo que a su vez evita la formación de lesiones ateroscleróticas;
- regulación de la presión arterial demasiado alta, gracias a la cual es posible combatir la hipertensión arterial con mayor eficacia;
- Participación en la producción de glóbulos rojos, es decir, de eritrocitos, cuya tarea es suministrar oxígeno a todas las células del cuerpo humano.
Mantener la plena eficacia de las articulaciones y los huesos
Una de las propiedades de la vitamina C, que merece la pena destacar, es su influencia en el aumento de la producción de colágeno, co-creando el tejido conectivo, el material de construcción de nuestras articulaciones, entre otros. El ácido ascórbico está presente en el líquido sinovial, responsable de la movilidad y la ausencia de lesiones en las superficies articulares. Requiere una reposición constante al tiempo que eleva el nivel del principal material de construcción ósea, la oseína, evitando así el desarrollo de la osteoporosis.
Detener los procesos de envejecimiento de la piel
El colágeno, cuya síntesis está condicionada por la cantidad correcta de vitamina C, inhibe significativamente los procesos naturales de envejecimiento de la piel. Las fibras de colágeno de la piel se debilitan con la edad y la piel se vuelve flácida, pierde elasticidad y desarrolla arrugas cada vez más pronunciadas.
Por lo tanto, vale la pena utilizar cosméticos que contengan vitamina C para suplir cualquier carencia, y la piel estará siempre bien nutrida y perfectamente alisada. Además, podemos contar con una reducción significativa de la decoloración y un color natural intenso, gracias a que el ácido ascórbico inhibe eficazmente la sobreproducción de melanina, es decir, el pigmento de la piel.
Apoyar la inmunidad natural del cuerpo
Constantemente expuestos a una variedad de patógenos, virus, bacterias y hongos. El creciente debilitamiento de nuestra barrera protectora natural, el sistema inmunitario, allana el camino a la enfermedad, y en tal situación una dosis diaria adecuada de vitamina C puede ayudar:
- activa las células inmunitarias para que trabajen más intensamente;
- Participa en la síntesis de hormonas, como los corticosteroides, producidos en la corteza suprarrenal;
- aumenta la absorción del hierro;
- ayuda a reducir casi todos los efectos del estrés y otras tensiones nerviosas que debilitan automáticamente el sistema inmunitario;
- elimina los radicales libres mencionados;
- reduce los efectos de posibles alergias gracias a su acción antihistamínica.
Vitamina C: de qué fuentes será mejor
Los ejemplos anteriores demuestran claramente que es necesario aportar al organismo dosis de vitamina C debidamente seleccionadas cada día, protegiéndonos de las enfermedades. Sin embargo, la vitamina C no es igual que otras vitaminas y cómo sabemos que la que estamos tomando actualmente será la adecuada para nosotros. Aunque en el mercado podemos encontrar fácilmente multitud de suplementos dietéticos que contienen vitamina C y comprimidos que sólo la contienen en su composición, es mejor utilizar fuentes naturales y aportarla con los alimentos. Se pueden encontrar grandes cantidades de ácido l-ascórbico en productos como
Frutas
Y de todas las frutas que consumimos, la mayor cantidad de ácido l-ascórbico se encuentra en 100 g de fruta:
- escaramujos, hasta 250 – 800 mg;
- Grosellas negras, 150 – 300 mg;
- kiwi, 84 mg;
- pomelos, 30 – 70 mg;
- fresas, 45 – 90 mg;
- limones, 40 – 60 mg;
- naranjas, 30 – 50 mg;
- frambuesas, 20 – 37 mg.
Verduras
Otra fuente valiosa y extremadamente rica en de vitamina C que deberíamos aprovechar cada día, y la mayor parte de ella, de nuevo en 100 g de producto, se encuentra en:
- perejil verde, 269 mg;
- pimientos, 125 – 200 mg;
- Coles de Bruselas, 65 – 145 mg;
- brócoli, 65 – 150 mg;
- col, 35 – 70 mg;
- espinacas, 40 – 85 mg;
- judías verdes. 25 – 30 mg;
- rábanos, 25 mg.
Fuentes:
- https://www.healthline.com/nutrition/vitamin-c-benefits
- https://www.healthline.com/nutrition/vitamin-c-foods
- https://www.healthline.com/nutrition/side-effects-of-too-much-vitamin-c